A los sensores de movimiento, dos joystick, micrófono, reproducción de música, vídeos y fotos, se le suma la posibilidad de conectarse Internet, navegar y jugar partidas online a través de las conexiones WiFi y 3G y todas las aplicaciones sociales como Facebook, Twitter y FourSquare.
Además, cuenta con dos cámaras, frontal y trasera, que abren todo un mundo de posibilidades gracias a la realidad aumentada, que añade elementos digitales a las imágenes captadas. Uno de los primeros videojuegos que se aprovecharán de esa novedad es Reality Fighters, una creación del estudio catalán Novorama. Se trata de un videojuego que permite colocar a los luchadores allí donde enfoque la cámara de PSVita. Un Street Fighter del siglo XXI cuyo único límite para el escenario lo pone la imaginación. Así, puede librarse un combate uno contra uno en la mesa de una terraza de un bar, la palma de la propia mano, la explanada del Museo Guggenheim Bilbao, el Peine de los vientos o la Plaza de la Virgen Blanca en Vitoria.